domingo, 12 de abril de 2009

La casa de los Espíritus - Capítulos III-VI

Capítulo IV: El tiempo de los espíritus
El matrimonio Trueba fue a visitar las Tres Marías, donde los recibió Ped
ro Segundo García, con su pequeño hijo, Pedro Tercero García. Blanca y Pedro Tercero se hicieron amigos y jugaron juntos desde la primera vez que se vieron.
Por estos tiempos una plaga de hormigas amenazaba las cosechas y ningún exterminador podía con ellas hasta que Pedro García el Viejo les habló y las sacó de ahí.
Clara volvió a quedar embarazada, esta vez de gemelos, pero ninguno se llamó Esteban como su esposo quería, sino Jai
me y Nicolás. Esteban estaba furioso por esto por lo que fue al Farolito Rojo y volvió a ver a Tránsito quien había Ganado un poco de fama.Poco antes de dar a luz, Clara soñó que sus padres habían muerto y que su madre había sido decapitada. Férula le anunció que habían tenido un accidente en auto, que Nívea había perdido la cabeza y que nadie la encontraba. Ambas salieron en su búsqueda, guiadas por la intuición de Clara quien señaló un lugar poco probable que, sin embargo, era donde se encontraba. Ni bien encontraron la cabeza de Nívea, Clara empezó a dar a luz a sus dos hijos.
Esteban y Férula se disputaban por el cariño y el amor de Clara y, una vez en la que Esteban estaba fuera, hubo un ligero temblor que hizo que Férula se asustara mucho y que se refugiara al lado de Clara en su cama. Esteban llegó y al verla la sacó a empujones, la insultó y la botó de su casa.
Cuando la crisis económica llegó al país, Esteban llevó a su familia a Las Tres Marías para que 
no se contagiaran de las enfermedades que estaban invadiendo la ciudad. Los únicos que se quedaron fueron los gemelos, que estudiaban en un internado inglés. Al llegar y reencontrarse con los indios que trabajaban ahí, notaron que Pedro Tercero había cambiado; ahora tenía ideas revolucionarias y quería liberar a los campesinos. Cuando se encontró con Blanca, el amor entre ambos tomó una forma diferente a la de la amistad. Pancha García murió, dejando un hijo: Esteban García, y el hijo de este.

Capítulo V: Los
 Amantes
En este capítulo, Blanca crece y se convierte en una mujer poco a poco. Cuando vuelve a las Tres Marías, Pedro era aún un niño y se desconcierta al verla, por lo que huye de ella. Blanca se sintió muy dolida pero luego se dio cuenta de la razón del comportamiento de su amigo y va a verlo al río Luego de verse y reconocerse, juegan como niños otra vez aunque empezaron a tenerse un poco de vergüenza.
Aquí también acontece la muerte de Férula. El alma de Férula visita la Gran Casa de la esquina para despedirse de Clara y es ahí cuando la familia se da cuenta. Los esposos fueron a buscarla y la encontraron muerta. Clara la lavó y arregló para su entierro y la dejaron descansar en paz.
Al siguiente verano, Pedro Tercero también había crecido y madurado. Él y Blanca llevaron su romance a otro nivel y empezaron a verse a escondidas. Pedro Tercero, mientras tanto, enfrentaba cada vez más a Esteban, su patrón. Sus ideas socialista
s iban en aumento, así como sus contactos, como el padre José Dulce María.
Clara, de repente, predice un terremoto pero Esteban no la toma en serio. Sin embargo, su predicción se cumple y el terremoto fue devastador. La hacienda quedó hecha ruinas, la Nana murió del susto y Esteban fue aplastado en el umbral de la puerta, rompiéndose muchos huesos. Pedro García, el Viejo, logra ponerlos en su lugar y así, tanto Esteban como las Tres Marías, se empiezan a recuperar poco a poco. Por primera vez Clara pisó tierra y se hizo cargo de las cosas materiales. Tenía que cuidar a su esposo, que siempre se molestaba y le gritaba, por lo que empezó a aborrecerlo e incluso a odiarlo. En esta etapa de su vida, se hizo amiga de Pedro Segundo García, quien la llegó a amar y le juró lealtad en secreto.
Blanca, por otro lado, ya no quería pasar más tiempo lejos de Pedro Tercero y fingió síntomas graves de enfermedad por lo que su madre la llevó a las Tres Marías, sacándola de su internado. Blanca entonces pudo verse con Pedro Tercero cada noche, pero su padre pronto lo hechó del fundo. Sin embargo, él se las arregló para volver de vez en cuando disfrazado de gitano, padre o cartero.

Capítulo VI La Venganza
En un año y medio, las Tres Marías volvió a ser un fundo próspero. Esteban se había dado cuenta de que Clara ya no lo quería y que le temía, y de que se estaba empezando a achicar poco a poco.
Los Trueba conocen al conde francés Jean de Satigny, un elegante aristocrático que iba en busca de negocios nuevos y que trataba de convencer a Esteban de abrir un negocio de abrigos de piel de chinchilla. El conde fue invitado en las Tres Marías lo que hizo que la familia fuera más conocida socialmente. Pidió la mano de Blanca más por la conveniencia económica que por verdadera atracción, pero Blanca lo rechaza rotundamente. Desde ese momento, Blanca se volvió muy esquiva con él.
La relación entre los hermanos Jaime y Nicolás, por otro lado, no era muy buena. Ambos eran muy diferentes; mientras Jaime era muy fuerte, servicial, altruista y estudiaba para ser medico y ayudar a los demás, Nicolás era astuto, le gustaba lo exótico y extravagante y quería aprender las habilidades de su madre y emprender aventuras.
En este capítulo muere Pedro García, el viejo, a quien Esteban Trueba hizo un gran funeral por todo en lo que le había ayudado.
Mientras tanto, el conde seguía cortejando a Blanca, quien lo llegó a aceptar como su amigo, casi un hermano. Blanca empezó a gustarle de verdad y, como sabía que ella escapaba de su cuarto por las noches, decidió seguirla. Cuando lo hizo la encontró junto al río desnuda, durmiendo junto a Pedro Tercero.
Sin perder tiempo se lo contó a Esteban quien, ciego de ira, va a buscar a Blanca en su caballo y la derriba a fustazos una vez que se la cruza en el camino. La golpea de forma brutal hasta que ya no se puede parar. Blanca, empero, se niega a confesar el nombre de su amante. Cuando volvieron a la casa, Clara los recibió espantada y lavó y consoló a Blanca hasta que se durmió entre sollozos. Cuando bajó, ella y Esteban discutieron y Esteban terminó golpeándola fuertemente en la cara, lo que la hizo caer al suelo inconciente. Arrepentido, Esteban la lava y trata de cuidarla hasta que recuperó la conciencia. Clara escupe varios dientes y, sin decir nada, aparta a Esteban y se marcha con Blanca a la ciudad. Nunca más volvió a hablar con su esposo.
Esteban se da cuenta de su soledad y, buscando a quien culpar, siente un odio indomable hacia Pedro Tercero, a quien quiere matar. Pone una recompenza a quien le informe de su paradero y resulta ser su nieto no reconocido , Esteban García, quien le da el dato. Trueba casi logra su propósito, pero sólo le cortó tres dedos debido a un pequeño instante de duda y compasión. Pedro Tercero huye.


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