La corriente literaria en la que se enmarcan las obras de Isabel Allende es el realismo mágico, un movimiento artístico y literario nacido en el siglo XX. Esta corriente, como ya mencionamos antes, se caracteriza por mezclar hechos tanto comunes como fantásticos, presentando a los segundos tan normales como los primeros. También se caracteriza por distorcionar el tiempo de manera que el presente se repita o se parezca al pasado, así como por la multiplicidad de narradores (en esta obra, por ejemplo, hemos podido ver narradores en tercera y primera persona).
En las obras pertenecientes a este género se puede percibir un ambiente cargado de sentimientos, magia, extravagancia y manifestaciones fantásticas. Es de esta manera que encontraremos maldiciones que se cumplen, premoniciones que se verifican, objetos que se mueven y espíritus y ánimas.
Después de Gabriel García Márquez, Allende es considerada una de las mayores expositoras de este género.
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